Se ve que María Fernanda Herrera le tomó la mano bien rápido a la navegación. En su segunda carrera cumpliendo ese rol con su pareja, Alejandro Chanta, volvieron a ganar. “A mi me gustaba porque mi papá me llevaba a algunas carreras. Cuando empecé la relación con ‘Ale’ fue como un decir que alguna vez podía subirme a un auto”, contó la navegante.
Ese pensamiento al pasar que tuvo la pareja se hizo realidad en la primera fecha del torneo Provincial. Aunque tuvo que haber un poco de insistencia por parte de los mecánicos, Alejandro empuñó el volante con confianza y María Fernanda tomó la hoja de ruta y se pusieron el traje de competidores de la clase A-5S. “Yo estoy experimentando”, reconoció Herrera, que confía en la pericia de Alejandro para hacer andar a máxima velocidad al Fiat 128.
“Hay diferencias. No es malo ni bueno, simplemente es distinto”, responde Chanta cuando se le consultó sobre qué se siente entre trabajar con una mujer en vez de un hombre. “En carrera no nos peleamos, pero haciendo la hoja de ruta puede ser”, comentó Herrera. Apenas tiene voz porque los presupuestos no son suficientes para acondicionar los cascos con intercomunicadores. Así que a los gritos, pero con amor, María Fernanda guió a Alejandro hasta el triunfo una vez más.
Lo que pintaba mal para Posse terminó con otro triunfo
“Esperemos seguir con la racha”, deseó Juan María Posse. El concepcionense se quedó con el triunfo general de la segunda fecha del Campeonato Provincial, tal como lo había hecho en la primera que se corrió en Tafí Viejo. “Me veo muy bien para lo que queda. Estamos con todas las pilas. Ojalá el buen momento se prolongue”, insistió el piloto.
Para las máquinas del torneo local, el desafío tuvo una exigencia poco habitual, ya que corrieron por los cuatro tramos cronometrados luego del paso de las máquinas del Nacional. Los caminos se volvieron más complicados para ellos y Trancas no tuvo piedad: de los 23 anotados, terminaron 18.
Además, el ganador que manejó el inconfundible Fiat Regatta de la clase A-1, tuvo más complicaciones antes de lograr el triunfo. Incluso previo a salir a los caminos. “Fue una carrera complicada. El viernes se nos rompió el motor, así que estuvimos hasta última hora poniendo el nuevo”, reveló Posse que es navegado por Pablo Molina.
Posse le sacó una amplia diferencia de más de tres minutos al segundo que fue Cristian Almonte piloteando un VW Gol, y mucho más atrás se ubicó Walter González, con otro Gol.
La clase que finalizó con más autos fue la N-1 con seis máquinas. El que finalmente festejó fue Fabián Scalora.